Pau Waelder

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Arte Post-Internet o la estética relacional 2.0

rozendaal

[Fragmento del artículo publicado en el núm.3 de la revista Input, enero 2015]

 

Desde hace más de un año se está discutiendo la definición y el alcance del llamado “Arte Post-Internet”, celebrado por unos como una nueva vanguardia artística [1] y considerado por otros como una moda efímera o una simple banalidad. Con todo, gracias a su identificación con este término, diversas galerías y artistas emergentes vinculados al arte digital han logrado introducirse con éxito en el mercado del arte contemporáneo. ¿Qué sentido tiene este término, y qué implica para aquellos que lo promueven?

 

Qué queremos decir cuando decimos Internet

Tras una década de web 2.0, ya no existe una diferencia entre estar conectado a la Red y no estarlo: toda nuestra actividad se desarrolla simultáneamente en un espacio físico y en lnternet. En este contexto, no cabe hablar ya de Internet como un espacio específico en la manera en que lo planteaban los artistas del primer net art en los años 90, puesto que las redes de datos ocupan todos los ámbitos de la vida cotidiana. Según lo describe el crítico de arte Gene McHugh, lo que significa “Internet” ha cambiado en los últimos años y el término “Post Internet” sirve para indicar este cambio. McHugh publicó entre 2009 y 2010 sus reflexiones acerca del arte contemporáneo e Internet en un blog que tituló “Post Internet” [2]. En sus notas se encuentran diversas definiciones del término, entre las cuales destaca la que propone la artista Marisa Olson hacia 2007, quien describe como arte “post Internet” su propia práctica artística realizada después de navegar en la web y por tanto bajo la influencia de los contenidos que ha visto. También resultan interesantes otras acepciones, tales como: el arte que responde a una condición cultural en la que “Internet es menos una novedad y más una banalidad” o bien el arte de Internet que se adapta a las convenciones del mundo del arte. Esta última definición resulta particularmente relevante, puesto que no es únicamente la “democratización” del uso de Internet lo que marca una situación que puede denominarse como “Post Internet”, sino que también interviene un profundo cambio en la relación entre el arte de nuevos medios y el mundo del arte contemporáneo.